Lo que aquí consigno son algunos ejercicios que he hecho a lo largo de varios años, principalmente desde que comencé a estudiar las Constelaciones Familiares, y que han sido de ayuda para integrar principios o conceptos profundos a mi cotidianidad. Algunos los he aprendido y tomado de mis maestros y tal vez los he ajustado un poco para mi conveniencia. Otros han surgido naturalmente y los he ido complementando y perfeccionando partiendo de otras corrientes y mi propia experiencia.

Hay explicaciones con cada ejercicio que te darán una idea del contexto en el que se desenvuelven pero la práctica no te tomará más de dos minutos, realmente se trata de parar un instante, hacer conciencia y continuar. Sin embargo es un instante profundo y transformador.

No tienes que creer todo lo que aquí expongo, realmente no se trata de incorporar creencias. Puedes simplemente ensayar sin creer y ver qué sucede verificando tu mismo su efectividad. Se trata de divertirse un poco explorando formas de estar mejor, más conectados con la vida, sin esfuerzo, con un movimiento y una mirada suave.

Te propongo diferentes momentos del día en los que puedes aplicar los ejercicios, no hay reglas definidas, tal vez los hagas cuando te acuerdes, tal vez solo uno o dos, o puede ser que pongas un recordatorio en tu teléfono móvil para hacer alguno en un momento dado. Insisto en que la idea es que te diviertas y explores.

Si observas algún cambio o movimiento significativo y lo quieres compartir conmigo escríbeme a monica@monicagiraldo.us me encantará saber de ti.

AL DESPERTARTE

Al despertar tómate un momento para reconocer que estás vivo. No saltes de la cama apresurado a iniciar el día, solo pausa un instante y siente el aire entrar y salir por tu nariz, y observa cómo tu abdomen se mueve al ritmo de tu respiración. Reconoce que con cada respiro tomas vida y que porque estás vivo respiras. Si es natural para ti, si surge naturalmente, sin esfuerzo, agradece estar vivo, siente la gratitud, es una sensación a la altura del pecho que se expande a todo el cuerpo. Y de igual manera, solo si surge espontáneamente, agradece esta vida a tus padres, no los que recuerdas en tu memoria, sino los dos seres humanos que no conociste realmente y que una vez se encontraron y en una relación sexual te engendraron. Piensa en ellos como seres desconocidos (no puedes saber como eran entonces, ni que pensaban o sentían; lo que creas que sabes es sólo tu interpretación y tu imaginación) que en ese encuentro te dieron la vida, y si puedes, agradéceles solo eso, la vida.

AL BAÑARTE

Al terminar de bañarte recuéstate en la pared de la ducha solo con la parte superior de tu espalda, deja separadas las piernas y los pies de manera que estás recostado pero inclinado al mismo tiempo.

En esta posición imagina que estás apoyado en tu madre (costado izquierdo) y en tu padre (costado derecho), son ellos quienes sostienen el peso de tu cuerpo. Luego imagina detrás de ellos a tus abuelos, y detrás de ellos a tus bisabuelos y así sucesivamente cientos de generaciones hasta el origen mismo.

Y de este origen imagina que viene una fuerza, la fuerza de la vida de atrás hacia adelante pasando de unos a otros hasta ti.  Elige tomar esta fuerza por tu espalda, es como una avalancha que viene de muy lejos hasta ti y tu la tomas totalmente. Mantente en esta postura de tomar y tomar de la vida y la fuerza que viene directamente de tus padres hasta que sin que hagas nada sientas que eres empujado hacia adelante, ahora estás sostenido solo en tus pies. En ese momento ya estás listo para dar un paso fuera de la ducha y hacia tu día.

AL TOMAR LOS ALIMENTOS

Un momento antes de comenzar a comer puedes observar aquello que hay frente a ti y reconocer que es suficiente. En este momento frente a ti hay más que suficiente alimento para sobrevivir. Y así ha sido porque finalmente estás vivo así que siempre ha sido suficiente, inclusive si en alguna época hubo poco y pareciera que no iba a ser suficiente, si estás leyendo estas líneas lo fue y esta es la idea que necesitas mirar ahora.  Y en esta conciencia solo dices (puede ser mentalmente) “fue suficiente”, “es suficiente”. Y si sientes que te sale naturalmente, no debes forzar nada, puedes incluso decir: “es más que suficiente”. Puedes aplicar esta idea frente a cualquier situación en la que estés frente a recursos que tienes disponibles en el momento: ropa, habitacion, dinero, etc.

AL DESPLAZARTE DE UN LADO A OTRO

Desplazarnos de un lugar a otro, entre ciudades o incluso países es una experiencia tan cotidiana en el mundo moderno que pocas veces nos detenemos a considerar lo que implicó para nuestros ancestros. Todos tenemos sin excepción ancestros que migraron, incluso de un continente a otro para establecerse en un nuevo lugar que prometía mejores condiciones. El desplazamiento requiere energía vital y por lo tanto solo decidimos invertir en ello si va a favorecer nuestra sobrevivencia o inclusive para ir más allá de ella hacia la trascendencia. Cuando te desplazas a diario lo haces porque implica hacer algo que te proporciona un beneficio o bienestar, a ti o a quienes te importan. Y la energía que pones allí está plenamente justificada por ello, observa toda la energía que pones en funcionamiento solo para desplazarte de un lugar a otro.

Cuando estés en el proceso conecta con aquellos seres humanos a quienes les tomó días para recorrer lo que a ti horas o minutos. O piensa quienes se tomaron meses y años para llegar a donde tu llegas hoy en unas pocas horas. Toda la energía que ellos pusieron para buscar una mejor vida ahora está a tu disposición, ellos hicieron un gran esfuerzo y ahora tú estás disfrutando los beneficios. Y así será para tu descendencia, toda la energía que pones en moverte hacia una vida mejor quedará para ellos quienes la disfrutarán con menos esfuerzo.  Aunque siempre es posible que alguien elija una vida más difícil que la de sus ancestros, agradecer lo que ellos hicieron por dejarnos una vida mejor nos ayuda a disfrutarla plenamente.

Mientras te desplazas y con la mucha o poca información que tengas, piensa por un momento en todos aquellos que recorrieron grandes distancias y dedícales una sonrisa.

AL IRTE A DORMIR

Cuando ya estés listo para cerrar los ojos tómate un momento para recordar que en tus primeros meses de vida descansaste en el vientre de mamá. Nuevamente te invito no a pensar en ella como la persona que tal vez conoces y con la que te has relacionado, sino con aquella extraña que nunca has visto y de la que sabes muy poco. Piensa en una mujer que lleva dentro a su hijo y nada más y conecta con el hecho de que alguna vez fuiste tan solo un bebé dentro del vientre de su madre. Cierra los ojos e imagina a tu alrededor la protección y el calor de ser contenido por algo más grande que se hace cargo (la vida misma) y déjate dormir en esa sensación.

CUANDO TE DAS CUENTA DE QUE ALGO TE MOLESTA

Este ejercicio es útil cuando de pronto te das cuenta que estás parado frente algo, persona o situación, que te molesta. No importa el origen de la molestia ni la manera en que la sientes. Se trata de utilizar cualquier molestia que se presente en cualquier momento para tomar la vida. El principio en este ejercicio es: sea lo que sea que esté sucediendo frente a ti, está situación “pertenece”. ¿Qué significa esto? Significa que forma parte de la vida y de esta experiencia en este momento. No quiere decir que estás de acuerdo o que te tiene que gustar, solo significa que así como es y lo estás viviendo forma parte de la vida misma, tan es así que te está pasando en este momento.

El ejercicio consiste entonces en darle ese sentido de pertenencia diciendo mentalmente o en voz alta: “Tu perteneces”. Lo haces lentamente tres veces, respirando profundamente. No te lo tienes que creer. No es necesario pensar nada al respecto o convencerte de que esto pertenece, solo lo repites y eso es suficiente. Es posible que mientras estás frente a la situación no caigas en cuenta de hacer el ejercicio y solo suceda un rato después. Aún en ese momento lo puedes hacer, cuando ya pasó, solo imaginas la situación frente a ti y repites las palabras que te he indicado. No esperes que suceda nada especial, que algo cambie de inmediato o que tenga un efecto tangible. Solo hazlo y suelta toda expectativa. Más adelante tendrá sentido para ti.

AL RECIBIR ALGO

Cuando recibas algo que aporte a tu vida o tu felicidad di “Gracias Mamá, Gracias Papá”. Puedes aplicar esta idea a prácticamente cualquier cosa, lo importante es que sea algo que sientas que es valioso y te da bienestar. Por ejemplo puede ser el día que recibes tu sueldo o el pago por un trabajo que has hecho. En este caso no se trata de que le restes valor a tu tiempo y esfuerzo para lograrlo sino que lo extiendas más allá de ti hacia el origen de tu vida que son tus padres. Puedes también hacerlo cuando compras o recibes algo agradable: ropa, comida, un viaje, etc. En el momento en que sientes ese placer o felicidad momentáneo extiéndelo hacia a ellos agradeciéndoles. Al agradecer a los padres cualquier cosa que pertenece a la vida les estás agradeciendo la vida que te dieron para poder tener esta experiencia. También puede tratarse de algo que viene de tus propios hijos, por ejemplo un momento que te da mucha felicidad porque han logrado algo o porque ellos mismos han recibido algo. Como ves, puedes aplicar esta idea a algo tan simple como ver un atardecer hasta algo aparentemente más trascendente como ser padre. Solo aprovecha el momento en que te sientes pleno y agradecido y dirige esta gratitud hacia ellos específicamente. Recuerda que no se trata de relacionarte con las personas que ellos fueron o son, esto puede crearte dificultad; se trata de agradecer el hecho de que te trajeron a la vida y este es un instante en que la estás disfrutando y eliges agradecer haber llegado a través de ellos.